Tras meses de negociaciones, la Ley de la vivienda se ha desbloqueado y el Gobierno ha acordado con ERC y EH Bildu la aprobación del ansiado reglamento, que finalmente entrará en vigor en 2023. En Gesnova te contamos cómo afectará la nueva Ley de la Vivienda a la oferta y la demanda.
 
La ley reconocerá el derecho a la vivienda, pero también se ha centrado en intervenir y regular el mercado del alquiler para frenar las subidas de precios y conseguir que más personas tengan acceso a una vivienda digna.
 
Sin embargo, estas medidas no han convencido a todas las partes involucradas en el mercado inmobiliario. Estas son las principales reacciones a este controvertido proyecto de ley.
 
Según la Agencia Negociadora del Alquiler (ANA), el hecho de intervenir en todas las renovaciones de rentas del alquiler y ponerles un porcentaje fijo del 2% puede perjudicar a los particulares y aumentar el precio de los alquileres en el mercado. Y al mismo tiempo, si durante 2024 se incrementa el porcentaje al 3%, pero el IPC está por debajo los inquilinos salen perjudicados.
 
 
Por otro lado, aumentar el número de zonas tensionadas y que la administración sea por parte de las comunidades autónomas y de los municipios tampoco es la solución, ya que tanto los propietarios como los inversores evitarán el alquiler en este tipo de zonas tensionadas, ya sea cerrando o vendiendo sus inmuebles.
 
Tal y como se pudo apreciar durante la pandemia, para que bajen los precios del alquiler se tiene que producir un aumento de la oferta, que fue lo que ocurrió durante ese tiempo, ya que se incorporaron muchas viviendas turísticas al mercado del alquiler tradicional así como nuevas viviendas que complementaron los ingresos de los arrendadores.
 
Por otro lado, la limitación del incremento de las rentas en el 2025 a un 3%, probablemente provocará un aumento del precio de la vivienda, ya que los propietarios van a querer absorber este tope durante el precio inicial del alquiler y los expertos incluso alertan de que pueda haber muchos propietarios que decidan vender sus viviendas antes que aplicar esta regulación, lo que provocará una caída de inversores en el mercado.
 
Según algunos expertos esta regulación terminará perjudicando a personas más vulnerables que no puedan acceder al alquiler, lo que provocará una caída de la oferta y un incremento en los precios, así como un incremento de alquiler turístico frente al convencional a falta de regulación de este primero.